La ola feminista marcó un antes y un después. Ya no es solo un movimiento social. Es una fuerza cultural que reconfigura vínculos, cuerpos, roles y formas de convivencia. Instaló prioridades, abrió debates y cuestionó lo que antes parecía incuestionable.
Ante este nuevo paradigma surgen tensiones: ¿cómo impacta todo esto en la vida cotidiana, en las decisiones personales y en las responsabilidades colectivas? ¿Qué significa en la práctica, en nuestras rutinas, elecciones y compromisos compartidos?
Este trabajo traza un mapa claro. Desde la igualdad de oportunidades hasta la redistribución del trabajo doméstico. La erradicación del acoso, el abuso y los femicidios hasta la deconstrucción de estereotipos, la inclusión plena y la reflexión sobre los géneros fluidos. La autonomía sobre el cuerpo, la libertad reproductiva y otros aspectos que mostraron necesidad de reconfiguración urgente para potenciar el empoderamiento de la mujer.
La Agenda Feminista propone leer estas transformaciones no como consignas aisladas, sino como un marco cultural que interpela a toda la sociedad: desde lo personal hasta lo político, desde lo íntimo hasta lo colectivo. El desafío es convertir esta agenda en un camino compartido y como oportunidad para las marcas en acompañar a la transformación social. Contribuyendo a un futuro con más igualdad, más libertad y más justicia.